Las primeras ocho décadas de Enap
Una treintena de hombres trabajaba sin descanso desde hace tres meses en la fría estepa de la Región de Magallanes. A fines de 1945 había una necesidad imperiosa de encontrar petróleo. Chile requería desarrollar fuentes de energía que sustentaran al país en el futuro, y por ello el área norte de Tierra del Fuego, concretamente Springhill, centraba las miradas y la esperanza de todo un país.

Pasaban las semanas y las perforaciones se desarrollaban sin novedades. Había inquietud y a ratos desilusión porque las indagaciones por la búsqueda del crudo en la zona austral del país ya se extendían, сon varios intentos, desde inicios del siglo XX sin resultados positivos. Bastante tiempo y valiosos recursos se habían destinado sin mayor suerte.
La operación estaba a pocas horas de abandonarse. El pozo 1 no arrojaba los resultados esperados y los obreros se alistaban para retirarse y pernoctar en campamento, para luego dirigirse a San Sebastián, el otro lugar elegido para las perforaciones.
El turno había comenzado a las 8 de la mañana del viernes 28 de diciembre de 1945. La espera a esa altura se hacía eterna. La historia recordará que un jefe de turno de ese entonces (Arnaldo Gaitán) quiso seguir perforando algunos metros más, pese a que la evidencia le daba un portazo: no salía una gota de crudo. El tozudo hombre insistió. Tenía experiencia en la materia en Argentina, y por ello no bajó los brazos. La máquina siguió avanzando y se detuvo cuando alcanzó el nivel de profundidad requerido.
A las 2 de la madrugada del 29 de diciembre se abrió la válvula y un enorme chorro de petróleo crudo salió disparado. Al fin terminaba la espera. Los obreros sencillamente no daban crédito a lo que veían.
Por todo esto y más, vaya nuestro sincero homenaje y reconocimiento a los ingenieros Eduardo Simián y Bernardo Grossling, y a los más de 30 hombres que fueron protagonistas de esa fría y lejana noche del 29 de diciembre de 1945.

Esa noche cambió la historia de Chile. La noche que dio vida a los primeros 80 años de Enap. El resto es historia conocida. De Arica a Punta Arenas, nuestra energía impulsa los sueños de millones de chilenas y chilenos.








